Ganar una audición, un contrato, trabajar en una gran orquesta, conseguir una plaza, pasar un año de prueba… Todas ellas metas que resuenan en los pasillos de los conservatorios entre los ejercicios de escalas de los estudiantes.

Invertimos cientos de horas en convertir golpes, roces y vibraciones en algo que se ordene, que tenga consonancia, que deleite, que sorprenda y que apasione.

Aunque depende mucho en los centros donde estudiemos y los profesores con los que nos decidamos formar, así como de otro millón de variantes más, ¿se transmite a los alumnos las necesidades reales de estos puestos profesionales? ¿Hay relacionados únicamente elementos musicales en el desempeño del trabajo como músico orquesta? ¿Se puede considerar este trabajo como creativo?

Muchas veces es complicado ver la perspectiva de estas preguntas hasta que no has llegado a plantearlas por necesidad.

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Winning an audition, securing a contract, working in a major orchestra, landing a position, passing a probationary year… All of these are goals that echo through the halls of conservatories amidst students’ technical exercises and scales.

We invest hundreds of hours in turning strikes, strokes, and vibrations into something orderly, harmonious, delightful, surprising, and passionate.

Although it depends greatly on the institutions where we study and the teachers we choose to learn from, as well as countless other variables, are the real needs of these professional positions transmitted to the students? Are there solely musical elements related to the performance of the work as an orchestral musician? Can this job be considered creative? Many times, it’s difficult to see the perspective of these questions until we are compelled to pose them out of necessity.