Cuando nos referimos a feedback, hablamos de un proceso de avance en la música, se necesita ser consciente de lo que se puede mejorar. Bien sea en primera persona, a través de elementos que nos permitan evaluar la conducta que llevamos a cabo (como pudiera ser un espejo o una grabadora), o a través de una tercera persona (profesor, compañero, etc.), esto nos permite evaluar algo que hacemos para mejorarlo, potenciarlo o debilitarlo.

El papel del experto
Cuando queremos incrementar nuestro nivel en una habilidad técnica específica, una conducta general en el estudio o incluso una actitud, acudimos a un experto en el área.
Gracias a esta retroalimentación, como estudiantes somos capaces de pulir ciertas habilidades musicales y/o debilitar gestos técnicos poco sanos o que no ayudan. Esto se produce porque el feedback hace que pongamos nuestro foco en ese aspecto en concreto (atención focalizada).
Esta es la base de la mejora musical: el feedback, en un primer momento externo y, posteriormente, de manera autorregulada, junto con la repetición, ayuda a establecer una práctica significativa y deliberada para avanzar en el estudio de las habilidades musicales.
¿Quién da el feedback?
Puede ser Manolo, el profesor de la banda que lleva dando clase en la misma aula desde hace 40 años y que es la esencia de los instrumentos de viento metal del pueblo.
También puede ser un compañero que lleva cuatro años en la banda.
Después será el profesor del Conservatorio o el solista internacional que han traído al curso de verano del pueblo de al lado.

Todos estos expertos te van a dar un feedback respecto a lo que tú estés tocando, y lo pueden hacer en diferentes niveles: técnico, musical, psicológico, artístico, etc.
El contexto importa
Hay un elemento importante a entender: que ese «experto» comprenda el contexto en el que tú te encuentras como destinatario del feedback, además de tus objetivos en ese momento.
«Estuve en este curso con Anatoli Karposchkov y me dijo que tenía que pasar las hojas con dos dedos porque él lo había hecho así en el año 43 y siempre le ha dado resultado…»
Es interesante sumergirse en la filosofía musical de los grandes. Cada músico tiene algo que aportar y siempre se puede extraer algo que aprender.
Sin embargo, no siempre detrás de un gran músico hay un gran consejero o alguien que entienda tus circunstancias.
Es más probable que el profesor que te conoce desde hace tres años, y que seguirá contigo otros tres, entienda mucho mejor tu contexto, tu personalidad, tus objetivos y tus capacidades actuales; y que, además, haya tomado un tiempo en planificar pedagógicamente tu desarrollo.
Por ello, te puede ofrecer un feedback más sano y constructivo para tu proceso.
El feedback tiene el valor dentro de lo útil que te pueda ser.
Feedback en unas pruebas
Hay ocasiones en las que los comentarios que recibes tras una prueba no concuerdan con lo que tú has sentido o percibido. Otras veces pueden resultar hirientes y poco constructivos.
La situación en unas pruebas tiende a deshumanizar a los participantes. Tocando detrás de un telón, sin nombres, para preservar la — del proceso.
Todo esto provoca que no sea Pablo Pinto el que estaba nervioso, sino el participante número 14, que estaba todo el rato bajo y no ha dado ni una en la reexposición…

Por otro lado, ocurre que se toma a los músicos de la orquesta que están en el jurado como una autoridad máxima, solo por el hecho de pertenecer a una agrupación orquestal.
La realidad es que tienen cierto argumento de autoridad debido a su experiencia profesional, pero no debemos olvidar que muchas veces las orquestas son únicas en su cultura propia y pueden no concordar con la educación musical y estilística que se esté dando en otros lugares, o incluso con el gusto y convicciones del participante en la prueba.
¿Y si no lo quiero?
Hay momentos en los que no necesitas feedback:
- Porque sabes que no has tocado a tu nivel y sabes qué ha fallado.
- Porque has planteado un objetivo específico y lo has cumplido (aunque podrías estar perdiéndote algún comentario interesante).
- Porque tu estado psicológico o emocional momentáneo no te permite gestionarlo.
Escuchar y ser escuchado
El feedback no entiende de personalidades ni de objetivos cuando no te conocen.
Hay que saber darlo, pero también es importante tener una actitud abierta y escuchante cuando lo recibes.
Recibir feedback es una oportunidad, pero también un acto de valentía.
No todo comentario tiene el mismo peso, ni todo experto sabe lo que tú necesitas en ese momento.
Por eso, desarrollar criterio propio y mantener una escucha abierta y crítica es clave en el camino musical.
Aprende a filtrar, a integrar y, sobre todo, a confiar en tu proceso.
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